Yo casi pierdo la vida a los 21 años a causa de la adicción a las drogas y la depresión. Hoy después de casi dos años estoy en recuperación de las adicciones con la vida que siempre soñé tener. Pero todo empezó aceptando que tengo un problema incurable que es la adicción. Lo que más me hacia dudar en dejar las drogas fue que me sentía demasiado jóven para dejar de drogarme. Aquí voy a escribir lo que me convenció a buscar una mejor vida sin la necesidad de drogarme.
Yo tuve que ser internado en un centro de rehabilitación de adicciones por ser un peligro hacia mi mismo. No sabia vivir y no quería vivir. En este lugar conocí muchos tipos de personas con muchos tipos de problemas; adicción a las drogas, depresión, anorexia, bulimia, esquizofrenia, psicosis, y muchos más. Me di cuenta de que solo algunos de los cientos de personas que entraban a ese lugar se recuperaban, y la razón era porque ellos no querían cambiar. Me di cuenta de que lo que se esperaba de alguien de mi edad era que rompiera las reglas, que mintiera, que me intentara escapar, la recaída segura y probablemente la muerte. Solo otra estadística más. Y yo quise cambiar eso, quise romper ese ciclo.
Cuando salí del centro de rehabilitación de adicciones seguí las sugerencias que se me dieron, aunque la mayoría no me gustaban. Tuve que confiar en otros adictos en recuperación que hasta la fecha tienen muchos años viviendo sin usar drogas. Crecí como persona porque se me confrontaban mi forma autodestructiva de pensar. Terapias que me hicieron cuestionar mis valores y mi moral, haciéndome construir un carácter. Yo solía salir a fiestas a emborracharme, a tomar en cada oportunidad que tenia sin importar los problemas de salud que me pudiera causar. Yo fumaba no solo porque me gustaba si no que porque sabia que me hacía daño y eso también me gustaba. Tuve que aprender que alguien como yo no puede estar en lugares donde abunda el alcohol, no puedo ir a las fiestas a las que me invitan mis viejos amigos, no puedo entrar a bares y no puedo vivir con mi familia. Tuve que sacrificar muchas cosas para tener la vida que tengo hoy. El día de hoy tengo un trabajo en el que acompaño a otros adictos en su proceso de recuperación. Recupere la confianza de mi familia. Recuperé mi salud. Tengo una rutina saludable. Y hoy puedo decir que disfruto estar vivo y que vale la pena intentar este estilo de vida.
A mi un compañero en recuperación me dijo que si me quedaba, desde ese momento yo iba a tener una muy buena vida. Hoy soy feliz. Tengo a mi familia, tengo a mis amigos, tengo una pareja y me tengo a mi mismo. ¿Ya es hora de CRECER, a quien estas intentando impresionar? Tienes sueños que perseguir y una vida que VIVIR. Te prometo que no es fácil y que te va a costar mucho trabajo y dedicación tener la vida que mereces, pero vale la pena, TU vales la pena.